lunes, 5 de enero de 2009

Furor

Desde siempre me han molestado terriblemente las traducciones al español de los títulos peliculeros, no son atinados, de hecho, la mayoría son ridículos y muy poco antojables, en pocas palabras: nos chingan el apetito peliculesco; también hay que admitir que hay de traducción a traducción y yo creo firmemente que las españolas son las más “memorables” (por no decir otra cosa).

El otro día estaba buscando la sinopsis de una película de Roman Polanski (ajá, el desterrado pederasta más prestigioso del mundo…) su título original es Rosemary´s Baby, debajo de la sinopsis venían las “críticas de los usuarios” y encontré una que me dio muchísima risa, es un claro ejemplo de por qué odio las traducciones:

“Rosemary's Baby es también conocida en España como La Semilla De La Puta Madre Que Cagó Al Traductor De Títulos Capaz De Cargarse El Final De La Película En Sólo Cuatro Palabras.”

(La traducción es: La semilla del mal) (ups)

En fin, al parecer no estoy sola, y esto…

… esto es uno de los muchos problemas que azotan a la humanidad (ejem, ejem, ejem)…

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